lunes, 20 de agosto de 2012

Viviendo aventuras entre la música de Patrick Watson

Patrick Watson para muchos era un gran desconocido hasta que en 2007, contra todas las apuestas consiguió el Polaris Music Prize que lo distinguía como el mejor artistas canadiense del año, hecho más que complicado ya que en las nominaciones había artistas de la talla de Feist o Arcade Fire. El álbum que le valió el galardón fue Close to Paradise, una obra de pop barroca, cargada de sonidos épicos y a la vez oscuros.

Pasaron tres años y Patrick Watson regresó con su banda firmando Wooden Arms. Este disco tenía un carácter más pausado, más personal. Los instrumentos brillantes se sustituyeron por percusiones minimalistas. Sea como fuese, Patrick Watson consiguió elaborar otro gran disco colocándose como todo un referente en la escena canadiense. Gracias a este disco empezo a girar por todo el globo, atesorando en sus directos la calidad de su música.

Tras otros tres años Patrick Watson volvió a dar noticias. Su nuevo álbum, Adventures In Your Own Backyard llegó en la primavera de este año y supuso el regreso de la buena instrumentación y el buen gusto del canadiense. En este álbum desde el principio podemos observar un gran dominio del piano, sin embargo como es habitual en el resto de los discos, aparecen guitarras más o menos ruidosas, percusiones originales, cuerdas y algún que otro viento.

Si nos dejamos llevar por el disco, Patrick Watson nos cuenta sus historias personales, sus inquietudes y todo aquello que se le pasa por la cabeza. El álbum se inicia con una excelente Lighthouse en la que el piano es el dominador. Cadencias perfectas que son rematadas por una trompeta intimista. A medida que continuamos escuchando el disco nos encontramos melodías juguetonas como en Blackwind o bien descubrimos la enorme capacidad de Patrick Watson para modular su voz como es el caso de Morning Sheets, una tema misterioso que evoluciona hasta voces agudas casi perfectas.

Mención especial merece el quinto track, titulado Into Giants. Una canción serena que cada vez crece más ayudada de una instrumentación muy bien escogida y unos coros perfectos. Hacia el final de la misma alcanza su máximo clímax con la repetición de Started as lovers, don't know where it's gonna end, una bella frase que resume perfectamente todo lo que contiene la canción.


El resto del disco continua de una forma agradable amenizado por pasajes instrumentales como The Things You do en los que nos damos cuenta de la gran creatividad del compositor. Hacia el final del disco las melodías perfectas se suceden y van ganando en carácter épico. De este modo llegamos a temas como Strange Crooked Road o la despedida casi final con el tema homónimo del disco. Como muestra de clase, el disco se despide con el tema instrumental Swimming Pools, precisamente las psicinas que vamos a extrañar cuando acaben las aventuras de todo este caluroso verano.

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