sábado, 24 de noviembre de 2012

Resisitiendo el mainstream como The Black Keys



Este 28 de noviembre es imperdonable que, quien se encuentre en Madrid, no asista al Palacio de los Deportes a presenciar en concierto a The Black Keys, porque se perderá de un rock limpio y legal.

Es un rock puro, que pareciera venido del blues directamente, sin haber pasado por fases experimentales y soñadoras de otras épocas. Es como un “back to basics”.

Su álbum más reciente, El Camino es con un sonido muy de ellos y a la vez mainstream. Esto es lograr dos cosas, la primera es llegar a un pública más amplio y la segunda es mantener contentos a los fans más fieles de la banda formada por el dúo Dan Auerbach y Patrick Carney en Ohio.

Y es una combinación algo rara, porque la banda ha ganado premios grammy, ha vendidos álbumes, ha sido acreedor a premios de votación como los MTV y, aun así, parecen seguir estando en “las sombras”. No vas a encontrar muchos fans “a morir” de esta banda, pero debes toparte con muchos que verdaderamente disfrutan de su música.

El Camino tiene una portada singular, con una vieja Chrysler (Plymouth) Aerostar (“antepasadas” de las Voyager), de esas que tenían una franja de madera en los costados. Es como si te dijera, “quizás no somos tan viejos como para para colocar un Chevy año 64, pero, mira, que esta Aerostar luce vieja, ¿a que te recuerda?”. Yo la veo y recuerdo mi niñez, porque en ese entonces se veían muchos de estos vehículos y entonces me doy cuenta del tiempo que ha pasado. Ya no sabes si el rock es actual, viejo o nuevo; no importa. Además el estilo rústico impreso en la imagen es cautivador.

De cualquier forma, el coche que se iba a utilizar en la portada era el Chevrolet El Camino (duh). A mi gusto, la Aerostar luce mucho mejor.





A pesar de no ser un álbum demasiado extenso, el camino tiene calidad en casi todas sus canciones, destacándose la primera pista, “Lonely Boy”, rock sencillo, con velocidad agradable, letra simple, arreglos mínimos.

La simpleza del blues se reproduce en casi cada canción de The Black Keys. A pesar de que a alguien le guste un rock con más arreglos y mayor elaboración, es muy probable que se sienta a gusto escuchando a esta banda, porque su música no llega a ser agresiva, pero tampoco desciende a la mediocridad.




Cuando Kings of Leon abandonaron su sonido garage por completo para su cuarto álbum, Only By The Night (aunque en el anterior ya era evidente el camino que la banda llevaba), muchos fans se sintieron traicionados, no les gustó el “mainstream”; pero los Followill capturaron muchos más escuchas entonces.

Pero The Black Keys no dejaron su sonido, y, aun así, han logrado un éxito considerable. Aunque algunos les reprochen por haber dejado que algunas de sus canciones aparecieran en la saga Twilight, esta banda ha logrado la combinación entre mantener las raíces y el atraer nuevos públicos. ¿La evolución musical? Es quizás un tema pendiente para ellos, pero, ¿será necesario?

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