Tras la suave música de Russian Red, llegaban desde Manchester The Whip con una propuesta muy diferente. Su mezcla de electrónica y rock quizás necesitaba horas más altas de la noche a pesar de ello lidiaron bien con la situación y ofrecieron un concierto que empezó con bases electrónicas bastante machaconas que dejaron paso a canciones un poco más elaboradas. Su propuesta personalmente no me agrada del todo ya que en todo momento hay sonidos que no sabes muy bien de donde proceden. Su show estuvo marcado por la energía de su joven batería y el técnico de sonido de la banda que actuaba como un traicionero camarero del bajista. A medida que avanzó el concierto el público se fue entregando cada vez más y más llegando sus mejores temas como Movement, Secret Weapon o la rompepistas I wanna be trash con la que cerraron el concierto. Se nota que The Whip tienen que explorar nuevos territorios e ir más allá de sus canciones aunque la carta de presentación ya está hecha.
Antes del comienzo de Maxïmo Park nos desplazamos por primera vez al escenario pequeño montado justo delante de los coches de choque. En él actuaban ni más ni menos que Peachy Joke, la banda local afincada ahora en Barcelona y que había estado el día anterior en la Fnac. En su breve concierto pudimos disfrutar del rock and roll propio de varias décadas atrás mezclado con melodías bonitas de armónica y teclados. El único inconveniente para disfrutar del concierto quizás fue el escenario ya que el sonido no era perfecto, en cambio temas como Cold Tea si que lo eran.
Pasadas las once de la noche llegaba el concierto de los siempre revitalizantes Mäximo Park, una de esas bandas que se han ganado a pulso un hueco importante en el panorama mundial a base de su pop-rock energético con leves toques punk. Tras unos años de incertidumbre regresaron este año a los escenarios mostrándonos que su capacidad para componer melodías rockeras seguían innatas. Su fórmula de directo les sigue funcionando y eso nos encanta a todos. Paul Smith como siempre sale a comerse el escenario y a ganarse al público. Sin embargo, las circunstancias no les iban a poner el camino fácil a los chicos de Newcastle en Igeldo ya que los continuos problemas del teclado de Lukas deslucieron un poco ciertos temas. A pesar de ello, la actitud de la banda sacó adelante la actuación haciéndonos olvidar por completo los sonidos del teclado. Cambios en el setlist, improvisar arreglos o alargar presentaciones, Paul Smith y los suyos hicieron eso y mucho más con tal de ofrecer un gran show.
Los conciertos de Maxïmo Park son un no parar y es que entre sus cinco álbumes de estudio agrupan enormes temas para ser disfrutados en directo y no aburrir al público en la actuación. Abrieron con Girls Who Play the Guitar metiéndose al público en el bolsillo. A partir de aquí empezaron los problemas con el teclado, pero no pasa nada introducimos otro temazo como Questing , not coasting y solventado. En la hora y media de show encontramos tiempo para la presentación de su nuevo álbum The National Health. En directo, temas como el propio The National Health, Hips and Lips o Write This Down suenan ya a clásicos, siendo coreados por todos los fans. También hubo tiempo para recordar su infravalorado álbum Quicken the Heart con The kids are sick again, una de las más intensas del concierto. Trayazo tras trayazo como Limassol, Our Velocity, Grafitti, By the Monument... llegó el final del concierto con el ya casi himno Apply some pressure. Al finalizar el concierto y con el recinto casi vacío Lukas se dejó ver visiblemente afectado por su problema del teclado, afirmando que había sido el peor show de Maxïmo Park en su historia. A pesar de ello, todos los asistentes sabemos que aunque no hemos asistido a todos los conciertos de la banda el que hemos visto ha sido uno de los mejores y más especiales de nuestra vida.
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