lunes, 3 de septiembre de 2012

The Raveonettes, Observator. Cualidades musicales innatas.

Este año The Raveonettes cumplieron diez años al frente de los escenarios. La mejor forma de celebrarlo fue sacando al mercado un EP de cuatro canciones titulado Into the Night en el que se observaba como los años habían pasado por la banda mejorando aún más la calidad de su música. Inmediatamente después confirmaron que estaban grabando en L.A. un nuevo disco que saldría en septiembre y así es. Su nuevo trabajo tiene por título Observator y podrá adquirirse el  de este mismo mes.

Si por algo destacan The Raveonettes es por su capacidad de crear melodías ruidosas, con guitarras cargadas y percusiones muy marcadas. Muchas veces se les ha asociado a Jesus and Mary Chain, pero lo cierto es que los daneses tienen un sonido más que propio, que no necesita comparación con nadie más.

En este nuevo álbum nos encontraremos con otro puñado de buenas canciones de Sune Rose Wagner y Sharin Foo, en las que quizás sobresalga más que nunca la voz de ésta última. También aparece como principal novedad la incursión del piano en canciones como Young and Cold, aspecto que da un toque de elegancia a la composición. Lo cierto es que The Raveonettes mantienen claras las raíces de su música sin dejar de reinventarse.

Cuando empezamos a escuchar el disco nos damos enseguida cuenta del buen gusto de las composiciones de los daneses. Prueba de ellos es el primer track titulado Young and Cold. En esta primera canción nos encontramos uno de esos temas nostálgicos de los daneses, al estilo de The Heavens que perfectamente puede marcar el punto  final a un verano en las costas californianas, regresando de la playa por carreteras secundarias. El segundo tema del disco es el ya revelado Observations, en el que de nuevo el piano se hace presente. Tema oscuro y frío muy propio de la banda.

Continuando en el disco nos encontramos Con Curse the Night, una nueva referencia de los daneses a la noche, aunque esta vez afrontada desde un perspectiva algo más luminosa gracias a la voz de Sharin. Posteriormente llega The Enemy otro de esos temas que se asocia rápidamente a la banda y que incluye un precioso y logrado riff de guitarra. A partir de aquí el disco entra en un nuevo matiz más ruidoso, cercano a sus primeras composiciones , aunque no con tanta distorsión. De este modo se muestra Sinking with the Sun, en el que la sucesión de guitarras marcan la melodía de la canción.

Inmediatamente después aparece el segundo single del disco, She owns the streets. Este tema sin lugar a dudas es una de las mejores composiciones de toda la carrera de los daneses, en cuanto a letra y estribillo. El videoclip del tema tampoco os lo podéis perder ya que es una obra de arte callejera, en la que se plasma todo lo cotidiano que ocurre en la calle, mezclado con imágenes de la banda. Después de este temazo aparece Downtown, una canción bastante animada en la que nos invitan a ir al centro de la ciudad y disfrutar.

Las dos últimas canciones del disco también son dos grandes composiciones. Primero nos encontramos You Hite Me (I'm Down) en la que la oscuridad se hace presente, de nuevo con la voz protagonista de Sharin y esas guitarras un tanto siniestras. Para rematar aparece un tema redondo que es Till the end. Rabia bien contenida que se va soltando en pequeñas dosis de buenas guitarras y que a bien seguro hará despertar a más de uno.

Para finalizar la crítica podemos decir que la música de The Raveonettes hace años que ha alcanzado un puesto privilegiado en la escena internacional del noise-rock. Sin embargo nunca serán una de esas bandas que llene estadios ni vuelva loca a la gente coreando sus canciones. Y es que plenamente confío en que este es verdadero espíritu de toda la música rock que se encuentra en la mayoría de los casos confinada en las grandes urbes. 

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