King Krule. Este es el apodo de un chaval pelirrojo, pecoso y británico -como no- de 17 años que mezcla con maestría diversas influencias para crear un estilo único y realmente personal. Archy Marshall -así se llama realmente-, sacó su primer y único EP (titulado también “King Krule”) el año pasado, y la calidad que atesoraba, unida a su gran juventud causó un gran impacto en la crítica especializada y el público que ha tenido el placer de escucharlo. Su sonido es el resultado de una mezcla que abarca estilos que van desde el dark wave, pasando por hip-hop e incluso el dubstep. Una extraña combinación que, sin embargo, funciona a las mil maravillas.
El disco abre con una pista instrumental que nos mete de lleno en el particular universo del artista, titulada 363N63 que nos transporta a esa atmósfera oscura y atormentada. Dos minutos después da comienzo Bleak Bake; allí nos encontramos a un Leonard Cohen pasado de rosca con una primera frase que es toda una declaración de lo que nos espera: “Would’nt wake up this morning… Believe me”.
El siguiente tema se llama Portrait in Black and Blue, una canción de ¿desamor? que nos arrastra hasta Lead Existence, breve retrato de la confusión existencial propia de la adolescencia sobre el “yo”, la búsqueda de la propia personalidad y la preocupación por el aspecto físico.
Finalmente el disco cierra con el que podríamos nombrar como el TEMA con mayúsculas del EP, The Noose of Jah City, el más redondo y que parece la culminación perfecta de su particular sonido. Cuatro minutos de disfrute musical.
Definitivamente, King Krule tiene motivos para levantar grandes cantidades de eso llamado hype. No solo es joven y tiene un gran sonido; encima parece que éste va en clara progresión. Una escucha recomendada para los que aún no lo han descubierto. Y no os dejéis engañar por su edad; simplemente dejaos llevar y disfrutad.
El disco abre con una pista instrumental que nos mete de lleno en el particular universo del artista, titulada 363N63 que nos transporta a esa atmósfera oscura y atormentada. Dos minutos después da comienzo Bleak Bake; allí nos encontramos a un Leonard Cohen pasado de rosca con una primera frase que es toda una declaración de lo que nos espera: “Would’nt wake up this morning… Believe me”.
El siguiente tema se llama Portrait in Black and Blue, una canción de ¿desamor? que nos arrastra hasta Lead Existence, breve retrato de la confusión existencial propia de la adolescencia sobre el “yo”, la búsqueda de la propia personalidad y la preocupación por el aspecto físico.
Finalmente el disco cierra con el que podríamos nombrar como el TEMA con mayúsculas del EP, The Noose of Jah City, el más redondo y que parece la culminación perfecta de su particular sonido. Cuatro minutos de disfrute musical.
Definitivamente, King Krule tiene motivos para levantar grandes cantidades de eso llamado hype. No solo es joven y tiene un gran sonido; encima parece que éste va en clara progresión. Una escucha recomendada para los que aún no lo han descubierto. Y no os dejéis engañar por su edad; simplemente dejaos llevar y disfrutad.
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