martes, 27 de noviembre de 2012
Neil Young & Crazy Horse - Psychedelic Pill
La reunión de Neil Young con Crazy Horse estaba llamada a ser uno de los eventos del año, al hacer ya nueve años de Greendale (2003, Warner) el último LP que grabaron juntos. Este "Psychedelic Pill" es el segundo disco que la incansable leyenda canadiense lanza este año junto a su vieja banda en un intervalo de unos 4 meses. Evidentemente; en su ya trigésimoquinto disco de estudio, Young no va a reinventar la rueda. De hecho, sería injusto pedirle tal a alguien con casi 40 años de carrera musical en sus espaldas.
A pesar de todo, "Psychedelic Pill" no es un disco conservador. En cierto modo, es lo que todos esperábamos de un disco de Young & Crazy Horse, tras un "Americana" (2012, Reprise) que funcionó como aperitivo de lo que se venía. Sin embargo, no se puede juzgar de conservador a un disco cuya primera canción; "Driftin' Back", se extiende hasta llegar a los 27 minutos. Durante prácticamente media hora Young se convierte en el estereotipo de anciano descontento con el mundo moderno, desconforme con la calidad de sonido del formato mp3 y la digitalización del arte ("I used to dig Picasso/Then the big tech giant came along/And turned him into wallpaper"). Es evidente que se trata de un tema demasiado extenso para lo que ofrece: se repite la misma secuencia de acordes hasta la extenuidad y los solos de guitarra intercalados entre los estribillos no consiguen impresionar como deberían. Aún así, es imposible no dejarse llevar ante algo tan monumental e hipnótico. Es en momentos como este donde se hace clave la participación de Crazy Horse, especialmente de un Ralph Molina inmenso durante la hora y media que dura el LP.
Antes de "Ramada Inn"; otra extensísima pieza (esta vez de 17 minutos), nos encontramos con "Psychedelic Pill", que da nombre al disco. Corta y con un riff crudo y directo, se trata de los grandes aciertos del álbum. En "Born in Ontario" y "Twisted Road" nos canta sobre sus orígenes, entonando una preciosa oda a la ciudad donde nació para después hacer lo mismo con la música que escuchaba cuando era joven y que tantos recuerdos le trae. La nostalgia inspira a Young durante todo el disco mientras encadena riffs y solos de guitarra apabullantes, demostrando por enésima vez su dominio sobre Old Black, su inseparable Gibson Les Paul.
Finalmente, el disco termina con "Walk Like A Giant", que puede merecer el honor de estar entre las grandes obras maestras del canadiense. 16 minutos en los que Young recuerda el movimiento hippie y se lastima por lo que no pudieron conseguir. Una canción épica y sincera a partes iguales que; a base de riffs y solos cargados de distorsión acompañados de un estribillo perfecto y un contagioso silbido, culmina a la perfección uno de los mejores discos que la leyenda de Ontario ha creado en los últimos 15 años.
Lo más probable es que "Psychedelic Pill" nunca sea recordado como uno de los mejores trabajos de Neil Young (al fin y al cabo, estamos hablando de 35 LPs), pero contiene alguno de los mejores momentos de su carrera en los últimos años. Sorprende que un músico que ya se ha ganado a pulso ser considerado una de las mayores leyendas de la historia del rock siga consiguiendo escribir canciones así con 67 años. Puede que Neil tenga razón y los tiempos pasados fuesen mejores, pero estos seguirán mereciendo la pena siempre y cuando nos regale discos como este.
8/10
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