El golpe (1973)

Chicago, años treinta. Redford y Newman son dos timadores que deciden vengar la muerte de un viejo y querido colega, asesinado por orden de un poderoso gángster (Robert Shaw). Para ello urdirán un ingenioso y complicado plan con la ayuda de todos sus amigos y conocidos.

Ganadora de siete Óscar incluyendo Mejor película y Mejor adaptación musical, El golpe es un clásico del cine de timadores, una de las mejores películas comerciales de la historia, y el reencuentro entre Paul Newman y Robert Redford, después de protagonizar el western Dos hombres y un destino cuatro años antes.

Realmente es una de mis películas favoritas, así que no puedo ser objetivo con ella. Intentándolo ser, diría que es magistral. Con total libertad de opinión, diría que es uno de los mejores guiones de la historia, quizá el mejor.

Es una cinta vitalista, al terminar su visionado te quedas con cara de bobo, perplejo, pero con una gran sonrisa, sin saber realmente qué has visto, atando cabos. Pero sabiendo de qué manera la has visto, disfrutando como un niño pequeño.

Como ya he dicho, el guión es -prácticamente- perfecto. David S. Ward se lució, una pena que los guionistas no tengan apenas reconocimiento. Además de los giros de guión constantes, y a sus toques de humor completamente geniales (esa partida de poker...), Ward nos muestra una América triste, llena de corrupción, asolada por el Crack del 29, donde los jóvenes solo pueden buscarse la vida a través del robo, el timo y el chantaje.

Podría decir y profundizar mucho más. Podría llenar artículos y artículos con este film: mágica y divertida banda sonora, ambientación acojonantemente conseguida, secundarios de lujo, interpretaciones magistrales (con nominaciones incluidas)...pero yo creo que la mejor muestra de agradecimiento y asombro ante tal calidad, es quedarse sin palabras. Algo tan grande que te deja sin habla.

Y es así, El golpe se tiene que ver sin saber apenas nada sobre ella. Sin expectativas, prejuicios o conocimientos previos. Me lo agraderéis. Y ahora, id a ver esta obra maestra imperecedera.

Jaime Muñoz