Amor de Tokyo es el proyecto personal de Roberto Urdaiz, ex-batería de Dikers y ex-bajista de El Columpio Asesino (casi "ná"). Desde Pamplona nos hace llegar su LP debut, Escorpiones, con 12 canciones -más un remix de Boi Sangra- llenas de pop, amor y sintetizadores.
Con un sonido más convencional que el grupo del que proviene, nos golpea con Vendrá tu Boca, tema que abre el disco. Con Singular, Escorpiones e Irrompible se perfila una trilogía más experimental; no te dejarán indiferente. En mi opinión, no son experimentos excesivamente acertados, si bien valoro que el artista se atreva a intentar hacer cosas diferentes y no se apalanque en un mismo estilo.
Y casi sin esperarlo llega Herida Abierta, un posible "hit" indie, perfecto para cualquier pista de baile. Con un uso de sintetizadores digno de cualquier tema mainstream ochentero vuelve a enganchar a aquellos que desconectaron con los anteriores temas. Protección y Entre los dedos siguen la misma senda.
Con Táctica y estrategia llega uno de los momentos más románticos del disco. Una letra muy bonita -y por qué no decirlo, "mojabragas"- que sin duda supondrán uno de los momentos más intimistas en los conciertos.
En Incendiar los sintetizadores vuelven a recuperar su protagonismo para perderlos de lleno en Sálvame, que nos propina un gancho directo a ritmo de guitarra eléctrica.
Volver y Parar y sentir cierran el disco. Del primero decir que es un tema que me gusta bastante, con una atmósfera pesada y bastante oscura. Del último, que es el tema más "Columpio Asesino" de cuantos hay en el LP. Y es que ya lo decían nuestras abuelas "al final, todo se pega".
Respecto al remix de Boi Sangra, pues queda como lo que es, una anécdota, una curiosidad. La verdad no soy demasiado amante de los remixes indies que tan de moda parece que se han puesto últimamente.
En definitiva, un potente debut para el que -imagino- aspira a ser uno de los grandes valores de la escena indie española. Un disco que baila entre estilos sin profundizar demasiado en ninguno de ellos, lo cual es, a la vez, su mayor virtud y su mayor defecto. Habrá que ver que nos ofrece "Amor de Tokyo" en su prometedor futuro.
6.5
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