sábado, 19 de septiembre de 2015

Crónica del Kutxa Kultur Festibala 2015



El Kutxa Kultur Festibala nos volvió a dejar bonitas estampas en nuestra última fecha festivalera. El festival donostiarra, totalmente consolidado como una fecha imprescindible en el calendario estival, apostó por dos potentes cabezas de cartel muy bien diferenciados. Por un lado Vetusta Morla supieron congregar a sus fieles (con su consiguiente importancia a la hora de venta de abonos) mientras que Yo La Tengo estuvieron a la altura y ofrecieron uno de los grandes conciertos de la historia del festival. En Igeldo lució el sol a lo largo de las dos jornadas así que no pudimos pedir mucho más.

El viernes comenzó con un Dotore actuando en el Teatro Abandonado, cambiando de este modo su ubicación programada en un inicio en el escenario Red Bull. El donostiarra ofreció un interesante espectáculo marcado por unas proyecciones que reforzaron el carácter enigmático de su propuesta. Por su parte, Annie B Sweet fue la encargada de inaugurar el escenario principal, centrando el directo en su último trabajo Chasing Illusions. La imagen de chica con su guitarra asociada a sus inicios se desvaneció en una propuesta enriquecida con sonidos propios de la canción americana. No faltó su celebrado ‘Motorway’ con la que los más despistados entraron de lleno en su propuesta.

Más protagonismo de grandes voces femeninas llegó con Angel Olsen, en uno de los grandes conciertos de la noche. A lo largo de su hora de actuación concentró la esencia de su música. Introspección y un ambiente muy íntimo en el que no faltaron canciones como ‘Miranda’ o ‘The Waiting’. Un talento diferente y muy disfrutable. A continuación, el panorama giró enormemente hacia el pop con Tremenda Trementina. Los pamplonicas tienen un puñado de hits más que importante, desgranando la mayoría de ellos como fue el caso de ‘Animal Salvaje’ o ‘Sangre Pop’, tema con el que cerraron su directo. No prometieron que el nuevo disco dentro de poco estará en camino.


Acto seguido decidimos adentrarnos en el segundo pase de House of Wolves en el Teatro Abandona. Bellísima actuación donde supo transportar el lluvioso ambiente de Daughter of the Sea al directo. Rey Villalobos, enfundado con su guitarra y su acompañante a la batería, maravillaron a base de unas canciones sentidas y compungidas. No faltó una versión del ‘Modern Love’ de David Bowie que nos quedó a todos con ganas de más. 

Ángel Stanich cambió las sensaciones, mejorando su propuesta respecto a anteriores ocasiones. El músico con su frondosa banda, nos trasladó a las escenas western de sus canciones, haciendo gala de una voz tan potente como quebradiza por momentos. La actuación probablemente más concurrida del escenario Kutxa Kultur quedó con muy buen sabor de boca a los presentes.

Vetusta Morla por su parte, ofrecieron el concierto esperado. Su habitual escenografía que los acompaña en esta gira hizo que Igeldo se transformase en lo más parecido a un festival de grandes dimensiones. No faltaron canciones de ninguna etapa, arrancando de forma poderosa con ‘La Deriva’ y adentrándose un poco más adelante en la primera parte de su discografía con temas más olvidados como fue el caso de 'El Rey Sol’. Eso parecía no importarle a sus fans que corearon todos los temas de principio a fin, bien coordinados por un animado Pucho. Bonitos momentos llegaron con ‘Maldita Dulzura’ y un sonido tenue que demostró que saben dominar muchas facetas.



La jornada del sábado también se presentaba cargada de variadas y buenas actuaciones. De este modo nos acercamos a una temprana hora para no perdernos a Albert Cavalier, la última gran banda que ha dado la ciudad donostiarra. A lo largo de su actuación pudimos comprobar como sus influencias relacionadas con los grupos de la Costa Oeste son las correctas. Con buena capacidad tanto como para dejarse la garganta en sus temas como para destilar melodías con mucho gancho, provocaron la primera gran sorpresa de la tarde. La presentación de su nuevo EP We Don't Fuckin' Surf no pudo tener lugar de una forma mejor.

Cargadas de juventud también llegaron unas Mourn que no supieron transmitir el motivo por el que son aclamadas por los grandes medios. Un directo que destacó por las reminiscencias grunge de sus canciones en vez de la actitud que mostraron en el escenario. Un concierto bastante monótono y frases infantiles que tampoco nos ayudaron a conectar con su propuesta. Con mucha más energía se presentaron Niña Coyote eta Chico Tornado. Congregando a un público fiel, nos demostraron que su propuesta puede tener un gran potencial. Temas incendiarios pertenecientes a su último EP Lainoland, muy  bien enderezados por la contundencia a la batería de Niña Coyote. Les dieron el escenario grande y lo supieron aprovechar muy bien.

Un escenario mayor es lo que seguro que hubiese merecido Rafael Berrio y su banda. Su reciente Paradoja no solo fue el hilo conductor del directo, ya que prácticamente todos los discos de su trayectoria estuvieron presentes. Un músico entregado a una nueva etapa mucho más rockera y revitalizante, en la que la recuperación de clásicos como ‘Santos, mártires, yonquis’ supo a gloria gracias a los nuevos arreglos. El Teatro Abandonado retumbó por momentos al mismo tiempo que la emoción de los asistentes hacía acto de presencia en canciones como ‘El mundo pende de un hilo’. Ojalá que el donostiarra salga a la carretera para presentarnos el gran directo que trae tras de sí.



De la etapa rockera de Rafael Berrio saltamos a otros veteranos como La Habitación Roja que celebraban su 20 años de carrera. Un orden más o menos cronológico de sus grandes hits, nos hizo disfrutar y recordar momentos tanto buenos como malos. Cerraron con ‘Ayer’, canción  que seguramente es el resumen perfecto de su trayectoria. Por su parte, Novedades Carminha ofrecieron ese espectáculo tan gamberro que tanto nos gusta. No se dejaron ningún tema destacado en el tintero, abarcando desde sus primeras canciones como es el caso de ‘Jódete y Baila’ o ‘Pesetas’, sin perder de vista el apoteosis final con ‘Demolición’ en el que Albert Cavalier subieron al escenario.

El final del festival estaba cerca, pero todavía quedaba disfrutar de algo muy esperado como era la actuación de Yo La Tengo. Los norteamericanos llegaban con un disco de rarezas y versiones bajo el brazo, sin embargo todos sabíamos que el concierto iba a ir por derroteros muy diferentes. Y así fue. Un concierto en el que Georgia Hubley combinó la batería con un reducido set percusivo al que recurrieron en canciones tan perfectas como ese ‘Mr. Tough’ que entró a las mil maravillas en mitad de la noche. Emoción y momentos de desenfreno muy característicos del trío llegaron con temas como ‘Ohm’, disfrutando de la faceta más conocida de la banda. El cierre perfecto a dos jornadas que quedarán en el recuerdo de un festival que continúa haciendo historia.

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